viernes, 12 de junio de 2009

Creencias (1ª parte)

Rosario mantiene en un comentario al artículo de R. S. Ferlosio (sobre el aborto) que "...porque existe gente que pretende implantar como VERDAD única, absoluta, irrefutable y pública, que el embrión es persona. Cuando la realidad es que es una CREENCIA, y no una verdad.". (Adelanto que voy a aceptar, provisionalmente, el argumento y, por tanto hablaré de creencias. Pero me reservo para una segunda parte la refutación de esta tesis: la atribución de los derechos de la persona al embrión es una creencia sin base científica.)

En efecto existe gente que mantienen la creencia de que el embrión es un ser vivo de la especie humana con la dignidad de persona. Otra gente, otras personas mejor, mantienen la tesis contraria. lo cual les permite aceptar la licitud moral del aborto (1).

Si admitimos que la tesis primera (contraria al aborto) se sostiene como creencia, la segunda, la que no concede al embrión la dignidad de persona, ¿dónde debemos ubicarla en el terreno de las creencias o en el de las verdades científicas?. Me temo, que salvo que me demuestren lo contrario, estamos ante otra creencia.

¿Creencia contra creencia, humo contra humo?. No, no es tan sencillo. Las creencias pueden o no coincidir con la realidad (ya digo que en una segunda parte examinaré los aspectos epistemológicos del asunto), pero verdaderas o falsas, como las bruxas gallegas, existir, existen. Y operan sobre la realidad: la creencia en la libertad y en la igualdad de los seres humanos, la creencia en la superioridad de una raza, de un sexo superior, etc., marcan la historia de la humanidad y la tiñen de sangre y gloria.

Una mirada crítica sobre la no neutralidad de las creencia se puede encontrar en la reciente estrenas GOOD (ficha aquí)

(Continuará)

(1) En esta entrada obviaré los aspectos legales del tema

1 comentario:

  1. Rosario dice:
    Pues claro que es una creencia el no darle al embrión el estatuto de persona. Y claro que las creencias no son neutrales ¡faltaría! Lo que no está tan claro es que se enfrente humo contra humo. Las creencias no son humo. Son la base de nuestro vivir, sentir y relacionarnos. Con mi comentario no he aceptado ni rechazado nada. Sólo pretendo reivindicar la libre elección de cada uno, y reivindicar la aceptación de las responsabilidades. Me cansa el proselitismo, incluso cuando el proselitista asegura estar apoyado en datos científicos avalados por.... bla, bla, bla.

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